El nombre del proyecto, y de cada uno de sus vinos, proviene de esas malas hierbas que crecen en los viñedos, y que son parte del paisaje vinícola, ya que en esta bodega no se trabaja con herbicidas. Tras el proyecto están las almas de Silvia Rocher y Manuel García. La uva precedente de los municipios de Sotoserrano, Molinillo, Miranda del Castañar y Garcibuey. Viñedos en vaso, vendimiados a mano, plantados en suelos de granito, pizarra y corneana.